13 nov 2011

Matemáticas (una de cal)

La asignatura de matemáticas siempre fue mi favorita. Me asombran los números y me fascinan las reglas que hay tras ellos. Para mí las matemáticas son como un juego o un entretenimiento.

Cuando D. era muy pequeño no presentaba especial habilidad para los números, de hecho tardó muchos meses en pasar del número 6 al contar, se le atascaba. Muchos, muchos meses en los que no entendía ese número. Luego se atascó con el 20 (lo llamaba diez y diez) pero no me preocupó en absoluto, de hecho diría yo que veía positivo que entendiera el veinte como diez y diez.

Hasta hace relativamente poco todavía no sabía identificar bien los números del 13 al 19.

Actualmente, con seis años, entiende y conoce todos los números menores de 200 y maneja bastante bien los menores de 1000, entiende lo que es sumar, restar, multiplicar y dividir. Sabe hacer sumas y restas sencillas (orales). Para las sumas que no pasan de diez ya no usa los dedos y para las que pasan de diez usa los dedos pero a escondidas (lo que significa que quiere hacernos creer que las hace mentales, lo que significa que él desea lograr ese objetivo, ya que nosotros JAMÁS le hemos dicho que debe sumar sin dedos), también sabe multiplicar números sencillos.

Usa las matemáticas para resolver problemas que se le presentan en su día a día y otros que se inventa por diversión. Usa correctamente las unidades de medida principales para peso y longitud. Tiene nociones básicas de geometría, agrupa correctamente por conjuntos, hace estimaciones, comprende y usa correctamente las relaciones mayor, menor e igual. Entiende y usa correctamente términos fraccionarios como 1/2 y 1/4 y sabe la relación entre ambos.

Sé perfectamente que son una serie de conocimientos básicos para un niño de su edad, también sé que muchos de los niños escolarizados saben más matemáticas (al menos sobre el papel) que él. Pero lo que es sorprendente de todo esto es que lo ha aprendido él sólo, por su simple interés. No me refiero a que nadie le haya acompañado, por supuesto que hemos estado allí siempre para resolver sus dudas y escucharle en sus averiguaciones, pero lo cierto es que nunca nos hemos sentido llamados a proponerle ninguna actividad matemática, ni hemos considerado necesario motivarle para que aprendiera algo más de números.

Hace unos días su padre pensó que sería buena idea enseñarle a sumar números de dos cifras.

Lo encontró tan sencillo que la segunda o tercera suma decidió introducir el concepto de "sumas con llevada". Nada, todo muy fácil. Él mismo pedía números más largos y difíciles. En pocos minutos acabó sumando cinco números de cinco cifras cada uno, llevando dos o tres. Como no apreció dificultad en esto y pedía más, al día siguiente su padre le enseñó a sumar números de distinta longitud.

Y allí fue cuando se topó con la primera dificultad. Como nunca le hemos hablado de los conceptos unidad, decena, centena,... le resultaba difícil recordar poner las cifras siempre en su sitio, no entendía que cada posición tenía un valor inalterable. Esa tarde saqué un material manipulable muy útil para este fin y lo comprendió rápidamente.



A partir de ese día ya no le ha apetecido hacer más sumas por ahora. A mí no me importa. Observo que a mi hijo el hacer montones de cálculos se le haría super pesado, él vive las matemáticas, forman parte de su vida, las disfruta, las quiere conocer.

Las matemáticas escolares en primaria están, a mi modo de ver, demasiado enfocadas en alcanzar un alto nivel de rapidez para calcular, y yo no acabo de verle el sentido a esto, no lo veo realmente útil.

Sin embargo otras cosas como saber hacer cálculos aproximados, resolver problemas que se plantean en el día a día, saber jugar con los números para comprender su esencia... eso sí lo veo fundamental.


Con la geometría me pasa un poco lo mismo, no sabe los nombres de muchas figuras geométricas, hace no muchos meses aún confundía el nombre del triángulo con el del rectángulo. Pero yo a eso no le doy importancia. Sin embargo, sí me parece muy importante que a veces le gusta jugar con unos bloques de madera que tenemos y le encanta darse cuenta de que con dos triángulos rectángulos puedes hacer otro triángulo, o un cuadrado, pero no un rombo (yo le dije que lo que sale es un romboide). Y se fija en que para hacer un cuadrado necesitas cuatro cuadrados, y antes de hacerlo ya me dijo que con cuatro rombos también se podía hacer otro rombo (cosa que yo no sabía) y lo hizo perfectamente y cuando le pregunté cómo lo sabía me dijo que lo había visto en su cabeza. Después ni corto ni perezoso me demostró que se podían hacer rombos más grandes con más rombos:




Y después de esto nos quedamos sin más rombos y me ha dicho que le compre más que necesita para seguir jugando (investigando).

Aprovecho para preguntar si alguien sabe dónde puedo comprar piezas de madera similares a estas que tengan más figuras (otros tipos de triángulos, pentágonos, hexágonos,...) Estas venían en un puzzle que nos regalaron hace años:


El caso es que, de algún modo, yo siento que él entiende las matemáticas y que las disfruta, y por tanto el nivel académico que tenga no me preocupa (por el momento). Creo que si uno entiende la esencia de las matemáticas, el aprender ciertas cosas es luego muy rápido y sencillo.

No digo que no vayamos a preocuparnos por ellas, a partir de este curso (primero de primaria) iremos observando los diferentes aprendizajes más "formales" que está listo para hacer y los iremos introduciendo de un modo siempre muy divertido y lúdico.

Entre los próximos temas que quiero abordar con él están los conceptos de PAR/IMPAR, los signos de > y <, algunos juegos sencillos de lógica o series, empezar a ver los conjuntos, seguir experimentando con medidas de longitud, masa y volumen, ver más propiedades de las figuras planas, afianzar los conceptos de doble, triple y mitad, avanzar en la comprensión de las fracciones, hablar de conceptos sencillos de probabilidad, trabajar el nombre escrito de los números, comparar números "grandes", y sobre todo aprender sobre el tiempo (meses, días de la semana, horas, etc que en esto reconozco que va muy muy verde).

Pero todo lo haremos el día que nos apetezca, cuando surja el tema (que surgirá) y de un modo que ambos lo pasemos bien.

No tengo problema de ningún tipo en el abordaje de las matemáticas, ójala el tema de la lectura fuera igual de sencillo... pero en matemáticas tengo la de cal y la lectoescritura es la de arena...

5 comentarios:

Silvia dijo...

Eva, si estuvieras en Madrid, amiga, te llevaba un puñado de figuritas muy majas parecidas pero de plástico, que tengo como para una clase más que para dos niñas, ja ja ja.

Qué curioso que tú y una amiga de Nueva York que conozco por internet ambas habláis hoy de mates.

Qué bueno que es educar en casa. Mira, una se toma un descanso, recapitula, y ve las cosas con más tranquilidad.

De todo lo que dices, mi hija si bien es un año más grande que tu hijo, puede hacer todo menos que nunca la he puesto a sumas llevándose aún. Creo que abusé un poco de hojas de práctica, y que también se debe de contagiar de mi poca habilidad para hacer las mates más amenas, es que yo soy definitivamente de letras, y aunque ahora me gustan mucho más, siento como que sigo pendiente de que complete el programa, porque me causa inseguridad.
Pero estoy replanteándome y por primera vez estoy incluyendo su opinión, y vamos a trabajar juntas para ver por dónde tiramos, porque haciendo 'cuenta', ja ja ja, todo le gusta menos practicar lectura independiente cuando se lo pido, y la hoja de mates de prácticas, total, salgo bien de cálculos, no?, lo demás le va bien.
Me estoy echando ánimos yo misma, ja ja ja. Soy de las que pisa el acelerador y pasados unos meses me doy cuenta que vamos demasiado rápido. Qué buenas las vacaciones, las pausas, y los momentos de reflexión.
Me ha gustado mucho cómo incorporas todo, geometría, no sólo cálculo sino resolución... y no pienses que otros estarán más avanzados en papel, que eso en un pis pas lo cogen, lo importante es el desarrollo de la capacidad de razonamiento, observación, y cálculo, digo yo, no?

Besos,
s

Isa dijo...

Tantos conocimientos me dejan... sin palabra...

Eva dijo...

A ver si no se me borra el comentario que había escrito uno larguísimo, pero tengo mi ordenador en reparación por virus, y este no me va muy bien.

Silvia, te decía que no sabía que vas a venir a Madrid. Yo no vivo allí pero a finales de noviembre a lo mejor voy a hacer un curso, ójala pudiéramos conocernos, sería un lujo!!!

También te comentaba que comparto tus sentimientos acerca de que nuestras inseguridades nos hacen a veces correr y luego nos damos cuenta de que tenemos que echar el freno jejeje.

Y yo a menudo también me doy cuenta de que a mi hijo le encanta aprenderlo todo, excepto el leer y los idiomas él es un apasionado de aprender, así que tenemos que intentar centrarnos en eso y no en forzarlos en sus puntos menos fuertes ¿verdad? Pero la presión externa a veces nos puede...

Gracias por tus comentarios, siempre me ayudan mucho a reflexionar.

Un abrazo

Eva dijo...

Hola Isabelle, bienvenida a mi blog... A mí lo que me deja sin palabra es lo bien que estudian tus chicos y cómo te puedes organizar tan bien tú sola. En realidad mi hijo no es ninguna fiera, no es que sepa mucho, pero lo importante es que lo que sabe de matemáticas le gusta y lo ha aprendido porque quería, eso es lo bonito ¿verdad?

Gracias por comentar!!!

Silvia dijo...

Eva... ay, que vamos primero a Malta, a Madrid no llego hasta el 26 de Diciembre... En fin, que si no es esta vez algún día nos conoceremos.

Oye, y comento aquí, pero lo de la cocina ME FASCINA... qué bonitas setas, esto te lo copio, chica. Mi pequeña es igual, le encanta la cocina, tiene idea porque a menudo echa lo que le meto a las sopas que me invento también, je je je. Pero vamos, lo del antojo de los bollos de chocolate tipo brownies, está de lujo. Que viviéramos cerca y tú con las mates, yo con la lectura, las mías con lo artístico y el tuyo con la cocina, estaríamos en una escuela de lujo, ja ja ja.