Y a D le encantaron los cartones que dan para comer la pizza, enseguida vio que parecían formar un círculo y estuvo jugando mucho con ellos.
Al final decidió que quería hacer un abanico y nos los llevamos a casa. Les hicimos un agujero en la punta a todos y los unimos. Pero pronto descubrió que se abrían hacia todos los lados y no parecían un abanico de verdad.
Tuvimos que discurrir un sistema con una solapas que se meten dentro de unos rieles de cartulina, fue complicado, pasamos así media tarde, pero quedó bonito, un abanico que se abre y cierra como los de verdad.
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